23 septiembre, 2011

Comentos Terrenos



El abandono buscaba encallar en puerto seguro, no importaba cual, ni si era el deseado, simplemente, uno y sin valorar, se hizo ancladero.
La tormenta en su deambular busco amarre para su vagar doloroso y confuso.

Y Llego a su ensenada.
Se hicieron uno y en su pasear la tormenta se desata, el abandono se desborda no saben contener tanto dolor.

El abandono dejo de ser puerto seguro, la tormenta comienza un nuevo vagar ocasionando sufrimiento y desolación a su paso.

Y en esa efervescencia llegaron veleros que viendo el espectáculo, creen que la cosa va de encontrar tempestades para justificar abandonos.

Tiene que llegar una gran tempestad para que intuyan que pueden dejar de ser tormentas abandonadas y ser caladeros de remansos de paz.



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