12 enero, 2007

Cada uno a su bola

Nacemos con ese don de intentar hacer lo que nos place, cuando nos place y caiga quien caiga, y eso, nos lo curramos, si fuera necesario, hasta con lloros, ¡faltaría más!, basta fijarse en un bebe, para corroborarlo, cuanto mas fuerte el lloro antes llegara la comida

Con pequeñas variaciones en los métodos, al crecer, seguimos imponiendo nuestras opiniones, pues, llorar para conseguir comida no a todas las edades esta bien visto; claro que me viene a la cabeza, esa gente en el paro, que seguro, a sus solas alguna lagrimita, quizás, echen, pero eso ya es para otra guerra.

A lo que íbamos, y es que cada uno de nosotros creemos nacer, para ser el rey de la creación, no matizamos en lo de “nuestra creación” y desvirtuamos hasta creer que somos los reyes y señores de todo.

Y Con tanto rey suelto, anda, que no hay que agudizar ingenio, ¡cuantas tretas a crear para conseguir logros!, no hay más que fijarse en las primeras comunidades cristianas, que a golpe de epístolas, controlaban la vida de las gentes, bueno, también con algún que otro apoyo del tipo: ¡si eres malo, al infierno! ¡Cuanta epístola para gente que no sabía leer movilizaron el mundo!

Claro que sin ir tan lejos en el tiempo y copiando modelos, ¿que nos decían cuando no comíamos, o no estudiábamos? estudia o se lo diré a papa, o aquello de… vendrá el lobo y te comerá. Y es que para convencer a los otros del valor de lo nuestro el miedo siempre ha sido un buen aliado.

Que historia, esta nuestra, de dirigir a otros, caiga quien caiga, siempre intentando salirnos con la nuestra, cuantos partidos, asociaciones para conseguir tanto desacuerdo, tantas opiniones, tanto desgaste al fin.
¡Cuantas formas de ser contaminadas, por premisas creadas a la sombra del poder!, en fin, ¡cuanta ilusión perdida en el empeño!.

Y digo yo, ¿Porque no cada uno a su bola sin pinchar la bola del vecino?.

No hay comentarios: