19 febrero, 2011

Paseo por Barcelona

En Barcelona me acogí a mi misma con entusiasmo al sentir el placer de caminar sin más.

Sin más que hacer que el quehacer sin objetivos, comprendiendo lo que seria vivir sin esas condiciones que nos infringimos y nos privan de autenticidad.

Me deje envolver por ese museo gigante que es en lo que la convirtió Gaudi y respire su arte en cada rincón.

La inacabada iglesia de la Sagrada Familia, obra imaginativa que encuentra su inspiración en la naturaleza, me hizo una con el color de sus vidrieras y luces.

Y en medio de esa magia esta Mónica, la culpable de que yo cayera en ese sueño, con la que me siento como en casa y con la que me encanta compartir convocatoria de vida.

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