19 octubre, 2018

Cuando la meta es estar con alguien y salgo a mi encuentro



Se prospera.
Consigue…

PUEDO, me susurro y…
No puedo, no puedo...

Observo como la paz, de puntillas, se va de mi vida.
La incertidumbre me abraza, la soledad me mece al compás del miedo.

Y en un vértigo de posibilidades, el movimiento continuo aparece, el no poder parar se instala y la pereza se despide.
Mientras, el cuerpo se airea, la mente crea historias ganadoras  con nombre, cara y apellidos que son los míos.

El viento me mece, el sol que ilumina mi cara es la luz que inunda de alegría cada poro de mi cuerpo.

Ya lo veo,  no estoy sola, estoy con mi ilusión, hay sendero que se va creando solo y hay un yo que me susurra al oído: no puedes ser como todos, todos son muchos y variados y tú eres única.

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