Aquel señor de postal de bussiness no levanta su ojo del libro, ¿serán estadísticas? ¿Será una novela?... y aquel chaval con su mochila colocada a los pies, cualquiera se la echa encima.
Y entre medias allí estaban ellos, mama regordeta con sus dos niños los tres con la misma cara de pepones, eran latinos, ¿Quién lo iba a negar? tampoco nos vamos extrañar ya que tenemos a la mitad de la población andina “acá”.
El niño mayor iba abrazado a mama, que no me la quiten, gritaba sin pronunciar sonido mientras miraba al resto del mundo desde su fortaleza.
El mas bebe, iba en coche

¡Cuanto desamparo en su rotación hasta comprobar que no hubo abandono!
Quizás algún día y cuando crezca, le toque darse cuenta que nadie le podrá abandonar pues el abandono no existe si nos queremos, ¿Qué mejor compañía entre todas las que tendremos?
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