Y este blog, que como bien sabéis, esta hecho con retales de impresiones, pues allá va esta que me produjo este fantástico escrito de Javier Marías:
No poder con el Alma
El aburrimiento se
ha convertido en uno
de los pecados
más imperdonables
No conozco a nadie que no esté absolutamente reventado y para el arrastre. Da lo mismo a qué se dedique, qué profesión tenga y cuál sea su grado de responsabilidad; que trabaje como autónomo o por cuenta ajena, en casa o en una oficina, que sea asalariado, jefe o directamente dueño de su negocio, que gane poco o mucho, es indiferente. Nadie puede ya con su alma, pese a los numerosísimos -pero frenéticos puentes que existen en nuestro país y que jalonan todo el año.
Algo funciona mal, y para mí es, principalmente, que hoy la gente no para nunca del todo o no sabe hacerlo, ni siquiera durante los fines de semana, cada vez más ocupados por actividades que más bien parecen obligaciones: hay que divertirse a toda costa, y ha de ser por ahí, en la calle, como si se hubiera olvidado que uno puede divertirse muchísimo en casa, leyendo, viendo películas, en todo caso sin agotarse también en el recreo…
… (La burocracia escandalosa a que nos obligan hoy nuestras autoridades despóticas no nos permite a ninguno levantar cabeza), y la mayoría suscribiría aquella frase de Audrey Hepburn a Cary Grant al principio de Charada, cuando él quiere entablar amistad y ella le contesta, más o menos:
"Conozco ya a multitud de personas, y mientras no muera alguna de ellas me resulta de todo punto imposible conocer a nadie nuevo".
También hablar cansa, sobre todo sin ton ni son o para rehuir la soledad y el silencio, y en eso consiste hoy, en gran medida, el trabajo de cualquier individuo.
Ahora bien, yo no sé si es que toda la gente que trato es muy activa y laboriosa. Porque a la vez que veo a mi alrededor este panorama de seres extenuados, también se oye el vocerío de masas a las que parecen sobrarles las energías y el tiempo. Hay colas monstruosas para todo, para lo que vale la pena y para cualquier unga-unga de descerebrados. Para las exposiciones de los museos y para las mamarrachadas callejeras (ya saben, juglares, mimos y festejos veraniegos se llevan la palma). Para los conciertos de rack y para ver a la Guardia ante el Palacio Real, ese nuevo espectáculo copión del 'Ayuntamiento madrileño.
Las muchedumbres se agolpan para admirar a tíos sudorosos el Día de la Maratón Sudorosa, o a tíos malolientes en bici el Día de la Maloliente Bici, o a gañanes borrachos en los san Ferrnines…
Y aqui mi censura, con esto es suficiente