El psiquiatra que creía en la integridad del hombre y fundador de la escuela de Psicología analítica, su vida fue un camino hacía sí mismo. Este proceso interior le llevó hasta entonces por inexplorados senderos del alma humana, centrando su existencia en intentar encontrar el sentido de la vida.
De una infancia infeliz surgen dos tipos de seres: los que se rompen y los que, como el Ave Fénix, renacen de sus cenizas y resurgen con más fuerza, en este segundo grupo se sitúa Carl Gustav Jung considerado, junto a Freud y a Adler, como uno de los tres grandes creadores del psicoanálisis.
Descendían de una familia que había contado entre sus integrantes con destacados médicos y científicos, su madre era una persona instruida y culta que le incentivó a la lectura.
Vivió su infancia en el campo, en contacto con la naturaleza y entre los libros de la silenciosa biblioteca de su padre, donde leyó obras de filosofía y teología.
A pesar de ser el mayor de ocho hermanos, Jung fue un niño solitario, con tendencia a la ensoñación que influyó en gran medida en su trabajo de adulto. Hijo de un pastor protestante, creció en un ambiente religioso, de estricta conciencia moral y ética que le marcó de forma traumática.
Movido entre sentimientos de culpa y de inferioridad, pudo haber sucumbido a la locura, pero su voluntad de vivir fue lo suficientemente grande para convertir estos impulsos destructivos en genialidad.
De hecho, la vida de Jung fue un sendero hacia él mismo porque durante toda su existencia, extensa en obras y sucesos, fue aproximándose cada vez más a una nueva concepción del rol y razón del ser humano en la tierra.
Hombre de profunda sabiduría, la lista de aportaciones que realizó a la cultura occidental es infinita.
- Impulsó el conocimiento del 1 Ching, el libro de las mutaciones chino.
- Insistió sobre la importancia de la astrología como una rama del estudio de la psique humana de un gran valor y ayuda psicológica.
- Introdujo el concepto de "la sombra", para referirse a aquello que uno deja sin integrar en su vida, en su psique y que sigue conduciendo nuestras vidas desde "atrás".
Discípulo de Freud, su relación se rompió después de una crisis sufrida por Jung y que dio como fiuto un libro en el que sugería que los problemas del hombre no eran fundamentalmente sexuales, sino religiosos.
Las cuatro ideas claves de su pensamiento
El SENTIDO DE LA VIDA
Creía que se podía esperar un mundo sin conflictos ni guerra de sexos. Para Jung, la vida, lejos de ser un campo de batalla, consiste en una serie de metamorfosis cuya meta es la realización armoniosa de uno mismo. Es un proceso de maduración al término del cual alcanzamos un estado de serenidad: entonces mejoran nuestras relaciones con los demás y dejamos de tenerle miedo a la muerte, porque entendemos que el alma no tiene nada que temer de ella.
VALORAR lOS SÍMBOLOS
Recuperó la importancia del mundo anímico, de la significación de lo espiritual, de la religión y el simbolismo para el ser humano, reivindicando así la validez y la necesidad de atender este mundo invisible de símbolos y significados. Logró que importantes sectores de la "intelligentsia" científica y cultural de la época aceptaran la revalorización de lo espiritual desde el mismo epicentro de la visión del mundo que había desplazado su validez: el científico.
LA NO ACCIÓN
"El arte de dejar que las cosas sucedan, de la acción a través de la no acción, de renunciar a uno mismo, que enseñaba Meister Eckhart, se convirtió para mí en la llave que me abrió la puerta del camino -explicaba-. En el ámbito del psiquismo debemos ser capaces de dejar que las cosas ocurran por sí solas. Y éste es un arte que muy pocas personas dominan. La conciencia está siempre interfiriendo, influyendo, corrigiendo y negando".
RUPTURA CON FREUD
Aunque en un primer momento defiende las tesis freudianas, luego irá alejándose del pensamiento del fundador del psicoanálisis. "Sobre la base de mis propias experiencias, no estoy dispuesto a admitir que todas las neurosis sean provocadas por la represión sexual o por traumas sexuales". Jung retrocede aterrorizado ante la idea de tener que concebir la totalidad de la cultura humana como el resultado patológico de la sexualidad reprimida.
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